CAFÉ DE LA MUERTE ESPECIAL ‘CEMENTERIOS Y VIDA’ Castellano/Català

CAFÉ DE LA MUERTE ESPECIAL ‘CEMENTERIOS Y VIDA’

Versión Castellano

El sábado 31 de Octubre de 2020, coincidiendo con la víspera de Todos los Santos, organizamos un Café de la Muerte especial ‘Cementerio y Vida’, que se desarrolló en streaming mediante la plataforma Zoom.

El hecho de celebrarse en una fecha tan señalada, como es el Día de Todos los Santos, despertó el interés de un numeroso grupo de participantes, conectados desde diferentes lugares de Cataluña y de fuera, como Gaudalajara, Almería o, incluso, desde Estados Unidos. Recordemos que esta fiesta de Todos los Santos se celebra cada 1 de noviembre en recuerdo a los antepasados, y que está relacionada estrechamente con la fiesta del 2 de noviembre, Día de los Muertos o Día de los Difuntos.

Jordi Abad, dinamizador del encuentro, organizó este café de la muerte un poco diferente: se dedicó principalmente a la figura de los Cementerios. Para empezar, y antes de las intervenciones de los participantes, se emitió un vídeo de la canción ‘La llorona’, canción popular mexicana con origen en la zona de Oaxaca, versionada por Ángela Aguilar. Seguidamente se mostró un documental, formado por diferentes fotografías tomadas por el propio Jordi, de cementerios de varios lugares del mundo, con curiosidades sorprendentes, y con las que quiso mostrar cómo a través del arte escultórico de tumbas y panteones, se pueden experimentar sentimientos como tristeza, desolación, consuelo o incluso amor.

A continuación agradeció la asistencia de los participantes, sobretodo en un día tan especial, y explicó el funcionamiento de este café de la muerte: no pretendemos juzgar, hay que tener respeto para todas las opiniones, y todo se hará en la más estricta confidencialidad.

Una de las asistentes afirmó que para ella esta noche, esta fecha, es muy especial; y piensa que organizar este café de la muerte coincidiendo con la celebración de Todos los Santos, puede llegar a tener un componente incluso algo lúdico.

En este momento, un participante hizo una intervención que sorprendió el resto: «a mi la muerte me atrae; me hace ilusión, no me preocupa; de hecho lo que me hace sufrir es saber que todavía me queda tiempo para vivir, que aún falta para llegar al final, para dejar de funcionar«. Después de esta afirmación, que rompió el hielo inicial, las intervenciones se fueron produciendo sin demora.

Otra explicó: mi hija de 7 años me dijo ayer que quería hacer un altar por los muertos. Esta idea me hizo mucha gracia. E hicimos el altar. Con ello pudimos romper un poco el tabú de hablar sobre la muerte. Lo hicimos ‘con normalidad’.

Otro contradijo afirmando que «a mí no me gusta hablar de la muerte; no me he planteado nada de mi final; no quiero hacerlo. Quizás es porque tengo miedo y es un tema que me resulta extraño«. A esto, una intervino diciendo: «la palabra ‘miedo’ es la palabra clave«.

«La muerte forma parte de la vida«, afirmó otra. Y continuó: «nacemos, vivimos y moriremos». «Ojalá la vida nos dé las más y mejores oportunidades para pasar por ella bien y plenamente, aunque la muerte esté allí al final«.

Todos coincidieron en que este año la muerte está mucho más presente que en otros años debido a la pandemia: «la muerte ha llegado para mucha gente este 2020 de sorpresa y sin esperarla«.

A partir de aquí, se abrió un interesante debate entre muchos participantes sobre cómo ha cambiado la percepción de la muerte debido a la Covid-19, cómo la gente ha muerto sola, cómo los que se han quedado sufren el duelo, cómo lo han vivido y lo viven en primera mano todo el personal sanitario …. Todos coincidieron en que lo más triste es morir solo, sin poder dar la mano a nadie, ni abrazarse.

Una participante explica una situación que vivió a raíz de su profesión en el hospital: atendimos un hombre enfermo de Covid-19 que finalmente murió; la mujer nos explicó que todavía no es consciente de que el marido haya muerto porque él se fue de casa un día y al día siguiente le dijeron que había muerto y que en breve le podríamos entregar las cenizas. La mujer nunca vio a su marido muerto. Enterró unas cenizas y ya está. Y eso es muy duro de gestionar.

«Yo pienso a menudo en la muerte, no porque estemos en el día de Todos los Santos, sino porque soy de la opinión que no quiero dar problemas a los que se queden» dijo otra. «Y, por tanto, quiero tenerlo todo atado«, continuó.

Otra intervino afirmando que a ella los cementerios le dan paz: «entrar en un cementerio para mí es como entrar en una biblioteca. Ves cultura«. Y otra respondió que «hay culturas que dicen que no te mueres nunca solo, que cuando te mueres estás acompañado de las otras almas«. A esta frase, otro respondió que «yo no me quiero quedar en el cementerio, quiero que me quemen y que me echen a la basura: no creo que pudrirme en un cementerio sea el mejor final«. Y otro coincidió diciendo que «visitar un cementerio no es nada agradable, al contrario, es triste, sobre todo si tienes enterrados parientes muertos por accidente». Otra participante, que trabaja en prisiones, explicó que cuando viaja a otros países tiene la costumbre de visitar cárceles, pero que también visita cementerios, y no coincide con el resto: a mí no me gustan nada las esculturas de los panteones.

Otra intervino explicando su caso: «mi hijo se murió cuando era un niño; y gracias a su muerte, yo vivo mejor. No todo es tristeza. Fui una privilegiada porque me pude despedir. Esta experiencia me ha hecho un regalo: vivir la vida sin perder ningún minuto». Y terminó afirmando que hay gente que tiene un hijo estudiando en el extranjero; y yo tengo a mi hijo en otro lugar.

Con esta intervención, los participantes quedaron muy impresionados, agradeciendo su valentía por explicar este episodio de su vida. Una coincidió diciendo que el hecho de ser conscientes de que hemos de morir, hace que vivamos la vida de una determinada manera. «Tenemos que disfrutar y amortizar el tiempo que nos queda«.

Cada día, sigue otra, cuando voy a dormir agradezco lo que he vivido y cuando me levanto agradezco el día que viviré. «Vivimos de espaldas a la muerte». «Si desde pequeños, fuéramos gestionando bien las tristezas, las frustraciones y las pérdidas de cada día, nos acercaríamos bien hacia nuestra propia muerte«. Ahora, con la pandemia, tenemos muchas muertes: no sólo de seres queridos, sino de abrazos, de despedidas, de libertades … «Poder despedirse del que se va es básico para hacer un buen proceso de duelo«. Otra participante interviene diciendo que «cuando era pequeña, cuando se moría alguien, los padres iban a comer y yo no entendía cómo podían hacerlo»; «Ahora, de mayor, entiendo que lo que hay que ser feliz por haber vivido con esa persona, debemos pensar, debemos recordar, y eso es muy sano y evidentemente se puede hacer con una fiesta«.

El tiempo llega a su fin y uno aprovecha para informar de una curiosidad: «hoy es noche de muertos y, además, es luna llena, una luna que no había sucedido desde 1944».

Toma la palabra Jordi, dando por finalizado este café de la muerte especial «Cementerio y vida» tan atípico, agradeciendo la participación de todos, hayan hablado o no, y pidiendo hacer un recuerdo para los que ya no están haciendo un minuto de silencio con una vela encendida (voluntario).

Las opiniones finales de los participantes fueron: «adelante con los cafés de la muerte», «te felicito por el enfoque de este café especial», «muy interesante y muy sorprendente, no me lo esperaba así»; «Aprovechemos lo que tenemos, la suerte que tenemos, ya que cuando vives en paz, te vas mejor»; «Pongamos en valor la vida»; «Que la muerte me coja muy contenta»; «Agradezco hablar de la muerte, agradezco esta iniciativa»; «Un café de la muerte muy enriquecedor»; «Es un placer poder asistir; y el placer será mayor cuando todos estemos muertos y lo podamos hacer en otra dimensión «; «Muy interesante, me gusta mucho, la vida es un regalo»; «Genial poder compartir el hablar de la muerte»; «Me pasa como con la vida: no me quiero ir»; «Ha sido un placer, hasta el siguiente».

Para despedir el encuentro Jordi volvió a poner un vídeo de la Llorona, esta vez versionada en la película Coco (Disney): ‘No dejaré de quererte’.

Barcelona, ​​31 de Octubre de 2020

Versió Català

CAFÈ DE LA MORT ESPECIAL ‘CEMENTIRIS I VIDA’

El dissabte 31 d’octubre de 2020, coincidint amb la vigília de Tots Sants, vàrem organitzar un Cafè de la Mort especial ‘Cementiri i Vida’, que es va desenvolupar en streaming mitjançant la plataforma Zoom.

El fet de tenir lloc en una data tan assenyalada, com és el Dia de Tots Sants,  va despertar l’interès d’un grup gran de participants, connectats des de diferents indrets de Catalunya i de fora, com Gaudalajara, Almería o, fins i tots, des dels Estats Units. Recordem que aquesta festa de tots sants se celebra cada 1 de novembre en record als avantpassats, i que està relacionada estretament amb la festa del 2 de novembre, Dia dels Morts o Dia dels Difunts.

Jordi Abad, dinamitzador de la trobada, va organitzar aquest cafè de la mort una mica diferent. El seu desenvolupament va anar dedicat principalment a la figura dels cementiris. Per començar, i abans de les intervencions dels participants, es va emetre un vídeo de la cançó ‘La llorona’, cançó popular mexicana amb origen a la zona d’Oaxaca, versionada per Ángela Aguilar. Seguidament es va mostrar un documental, format per diferents fotografies fetes pel mateix Jordi, de cementiris de diversos llocs del món, amb curiositats sorprenents, i amb les que va voler mostrar com a través de l’art escultòric de tombes i panteons, es poden experimentar sentiments com tristesa, desolació, consol o fins i tot amor.

A continuació, va agrair l’assistència dels participants, sobretot en un dia tan especial, i va explicar el funcionament d’aquest cafè de la mort: no pretenem jutjar, cal tenir respecte per a totes les opinions, i tot serà en la més estricta confidencialitat.

Una de les assistents va afirmar que per a ella aquesta nit, aquesta data, és molt especial; i pensa que organitzar aquest cafè de la mort coincidint amb la celebració de Tots Sants, pot arribar a tenir un component fins i tot una mica lúdic.

En aquest moment, un participant va fer una intervenció que va sorprendre la resta: “a mi la mort m’atrau; em fa il·lusió, no em preocupa; de fet el que em fa patir és saber que encara em queda temps per viure, que encara falta per arribar al final, per deixar de funcionar”. Després d’aquesta afirmació que va trencar el gel inicial, les intervencions es van anar produint sense demora.

Una altra va explicar: la meva filla de 7 anys em va dir ahir que volia fer un altar pels morts. Aquesta idea em va fer molta gràcia. I vam fer l’altar. Amb això vam poder trencar una mica el tabú de parlar sobre la mort. Ho vam fer ‘amb normalitat’.

Un altre va contradir afirmant que “a mi no m’agrada parlar de la mort; no m’he plantejat res del meu final; no vull fer-ho. Potser és perquè tinc por i és un tema que em resulta estrany”. A això, una va intervenir dient: “la paraula ‘por’ és la paraula clau”.

“La mort forma part de la vida”, va afirmar una altra. I va continuar: “naixem, vivim i morirem”. “Tan de bo la vida ens doni les més i millors oportunitats per passar per ella bé i plenament, encara que la mort estigui allà al final”.

Tots van coincidir que enguany la mort està molt més present que en altres anys a causa de la pandèmia: “la mort ha arribat per a molta gent aquest 2020 de sorpresa i sense esperar-la”.

A partir d’aquí, es va obrir un interessant debat entre molts participants sobre com ha canviat la percepció de la mort degut a la COVID-19, com la gent ha mort sola, com els qui s’han quedat pateixen el dol, com ho han viscut i ho viuen en primera mà tot el personal sanitari…. Tots van coincidir en què el més trist és morir-se sol, sense poder donar la ma a ningú, ni abraçar-se.

Una participant explica una situació que va viure arran de la seva professió a l’hospital: vam atendre un home malalt de COVID-19 que finalment va morir; la dona ens va explicar que encara ara no és conscient que el marit hagi mort perquè ell va marxar de casa un dia i l’endemà li van dir que havia mort i que en breu li podríem entregar les cendres” La dona no va veure mai el seu marit mort. Va enterrar unes cendres i ja està. I això és molt dur de gestionar.

“Jo penso sovint en la mort, no perquè estiguem en el dia de Tots Sants, sinó perquè soc del parer que no vull donar problemes als que es quedin” va dir una altra. “I, per tant, vull tenir-ho tot lligat”, va continuar.

Una altra va intervenir afirmant que a ella els cementiris li donen pau: “entrar en un cementiri per a mi és com entrar en una biblioteca. Hi veus cultura”. I una altra va respondre que “hi ha cultures que diuen que no et mors mai sol, que quan et mors estàs acompanyat de les altres ànimes”. A aquesta frase, un altre va respondre que “jo no em vull quedar al cementiri, vull que em cremin i que em tirin a la brossa: no crec que podrir-me en un cementiri sigui el millor final”. I un altre va coincidir dient que “visitar un cementiri no és gens agradable, al contrari, és trist, sobretot si hi tens enterrats parents morts per accident”. Una altra participant, que treballa a presons, va explicar que quan viatja a altres països té el costum de visitar presons, però que també visita cementiris, i no coincideix amb la resta: a mi no m’agraden gens les escultures dels panteons.

Una altra intervé explicant el seu cas: “el meu fill es va morir quan era un nen; i gràcies a la seva mort, jo visc millor. No tot és tristesa. Vaig ser una privilegiada perquè em vaig poder acomiadar. Aquesta experiència m’ha fet un regal: viure la vida sense perdre cap minut”. I va acabar afirmant que hi ha gent que té un fill estudiant a l’estranger; i jo tinc el meu fill en un altre lloc.

Amb aquesta intervenció, els participants van quedar molt impressionats, agraint la seva valentia per explicar aquest episodi seu de vida. Una va coincidir dient que el fet de ser conscients que hem de morir, fa que visquem la vida d’una determinada manera. “L’hem de gaudir i amortitzar el temps que ens queda”.

Cada dia, continua una altra, quan vaig a dormir agraeixo el que he viscut i quan em llevo agraeixo el dia que viuré. “Vivim d’esquenes a la mort”. “Si des de ben petits, anéssim gestionant bé les tristeses, les frustracions i les pèrdues de cada dia, ens aproparíem bé cap a la nostra pròpia mort”. Ara, amb la pandèmia, tenim moltes morts: no només d’éssers estimats, sinó d’abraçades, de comiats, de llibertats… ”Poder-se acomiadar d’aquell que se’n va és bàsic per fer un bon procés de dol”. Una altra participant intervé dient que “quan era petita, quan es moria algú, els pares anaven a dinar i jo no entenia com podien fer-ho”; “ara, de gran, entenc que el que cal ser feliç per haver viscut amb aquella persona, l’hem de pensar, l’hem de recordar, i això es molt sa i evidentment es pot fer amb una festa”.

El temps arriba al final i un aprofita per informar d’una curiositat: “avui és nit de morts i, a més, és lluna plena, una lluna que no havia succeït des de l’any 1944”.

Pren la paraula en Jordi, donant per finalitzat aquest cafè de la mort especial “Cementiri i vida” tan atípic, agraint la participació de tots, hagin parlant o no, i demanant fer un record per als que ja no hi són fent un minut de silenci amb una espelma encesa (voluntari).

Les opinions finals dels participants van ser: “endavant amb els cafès de la mort”, “et felicito per l’enfocament d’aquest cafè especial”, “molt interessant i molt sorprenent, no m’ho esperava així”; “aprofitem allò que tenim, la sort que tenim, ja que quan vius en pau, te’n vas millor”; “posem en valor la vida”; “que la mort m’agafi molt contenta”; “agraeixo parlar de la mort, agraeixo aquesta iniciativa”; “un cafè de la mort molt enriquidor”; “és un plaer poder assistir-hi; i el plaer serà més gran quan tots estiguem morts i el poguem fer en una altra dimensió”; “molt interessant, m’ha agrada molt, la vida és un regal”; “genial poder compartir el parlar de la mort”; “em passa com amb la vida: no vull marxar”; “ha estat un plaer, fins al següent”.

Per acomiadar la trobada en Jordi va tornar a posar un vídeo de la Llorona, aquesta vegada versionada a la pel·lícula Coco (Disney): ‘No dejaré de quererte’.

Barcelona, 31 d’octubre de 2020

 

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